Fotos 1929

2.000 affiches firmados por el Estudio Zeus de la capital guipuzcoana parten con destino a los círculos automovilísticos de todo el mundo

Ettore Bugatti es hoy día el único en servir racers en grandes premios capaces de proporcionar aquello que demandan los circuitos: velocidad pura y simple

¿Puede darse victoria más merecida a este campeón del pañuelo rojo? Ha sabido esperar durante el asalto inicial de sus adversarios, para atacar a media carrera y no abandonar su posición. Los comisarios extraen unas muestras de gasolina, norma preceptiva para todo vencedor. El reglamento de este año ofrece limitaciones a utilizar bencina, benzol o sus mezclas

En los grandes premios se hace llamar Georges Philippe, ocultando su verdadero nombre, Philippe de Rothschild, hijo del multimillonario barón de Rothschild. Este amateur quizás carezca de ese fuego sagrado que anima al profesional de las carreras, pero Philippe lo compensa con una afición y un afán de personalidad que le engrandece

El martes 23 de julio de 1929, a las seis horas y tres minutos pisa el circuito el primer Alfa Romeo, un sport litro y tres cuartos pilotado por el privado Enrico Plate

Once de la mañana; veintiún autos con motor parado y puertas cerradas; el starter autoriza la partida; el speaker la vocifera; los pilotos se lanzan al sprint